Como sabemos, el trabajo de un fotoperiodista es complicado y arriesgado. Se juegan la vida en cada segundo; una bala, un golpe, un secuestro...
Se juegan la vida para traernos la cruda realidad, para hacernos conscientes de que vivimos en una burbuja idílica, retratan lo más miserable, rastrero y fatal de los conflictos. Objetivo: dar a conocer lo que pasa de verdad en las guerras.
Pero que ocurre cuando la delgada línea que separa la información del sensacionalismo se cruza. Cuando más que informar, relatar, busco crear una verdadera reacción en el receptor, tocando sus sentimientos. Ya no busco relatar la realidad, busco arrebatar una lágrima sobrepasando los límites de la intimidad y la privacidad del afectado o del fotografiado en este caso.
Cuando el egoísmo puede, hace que busquemos ese reconocimiento, que digan: "Esta foto es impresionante, impactante, cuanto sufrimiento..."
Realmente es necesario pasar el límite, cruzar la línea, pasar del respeto y la información a causar sensación...
Si yo retrato a un pobre por la calle, ¿Qué busco con ello?. Que pensará el indigente, es probable que no quiera ser fotografiado. Pero yo quiero fotografiar ese contraste entre el pobre y la gente paseando por la calle con las compras de navidad. ¿A qué precio? Arrebato la poca intimidad que le pueda quedar a ese hombre poniendo por delante mis intereses personales (sean los que sean).
Ambas fotografías son del fotoperiodista James Natchwey con un indudable valor documental e informativo. He puesto estas de ejemplo para que os pongáis en la piel de los fotografiados. La niña que se está ahogando ¿estará de acuerdo en que le hagan un foto? Si os ponéis en el lugar del fotógrafo, ¿tendríais las agallas de apuntar con una cámara a una niña que os mira mientras se ahoga?
Y en la misma línea, a es padre tullido que lava a sus hijos, ¿no le importará en absoluto que lo retrates?¿Hasta que punto tienen valor documental estas imágenes?
He puesto estas imágenes como ejemplo, pero podrían haber sido otras y de otro fotógrafo. Con esto no pretendo cuestionar en absoluto la profesionalidad de Natchway, solo haceros reflexionar.